Un ingeniero mexicano del Instituto Politécnico Nacional (IPN), es el gestor de un invento que permite que la lluvia no se evapore, se trata de un polímero biodegradable en polvo no tóxico que tiene la capacidad de absorber 200 veces su peso, al entrar en contacto con el agua se convierte en unas esferas de gel que su creador Sergio Rico llama lluvia sólida.

Las promesas del producto son revolucionarias, pues permite almacenar el agua hasta por 40 días, disminuyendo los costos de riego, fertilizantes y mano de obra un 80%. El producto se aplica en la raíz de las plantas, la humedad permite su siembra, cosecha y sobrevivencia, aun en temporadas de sequía y solo se requieren 25 kilogramos del producto para una hectárea de cultivo.

La lluvia sólida, ya se está exportando a Argentina, Ecuador, Emiratos Árabes Unidos, España, Francia, India, Israel, Perú y Rusia. En México se usa en varios estados con mucho éxito, ejemplo de esto es Jalisco donde se aumentó cinco veces la productividad de los cultivos de maíz.